Llenarme de letras, no precisamente de palabras.
Llenarme de besos, preferentemente tus besos aunque no es obligado.
Llenarme de lunas, estrellas, atardeceres, ventiscas, silbidos, canciones, tonadas y sobre todo llenarme del “amor” que a decir verdad nadie lo conoce asi y para evitar confusión lo nombrare de manera coloquial… de Dios